Resiliencia y renacimiento: dos crías de elefante prosperan después de dramáticos rescates en Zimbabwe
En la árida e implacable sabana de Zimbabwe, las probabilidades estaban en contra de dos crías de elefante huérfanas, Kadiki y Bumi. El trágico encuentro de Kadiki con un león cuando tenía solo un día de vida la dejó con profundas heridas de garras en la trompa y daños extensos en la cola.
Mientras tanto, Bumi, una cría de un mes, sufrió graves quemaduras solares tras quedar atrapada entre las rocas.
Su sombría situación cambió cuando la experimentada rescatadora de animales Roxy Danckwerts, fundadora de la organización benéfica Wild Is Life y Zimbabwe Elephant Nursery (ZEN), intervino para brindarles atención.
Bajo el cuidado dedicado de Danckwerts, Kadiki y Bumi encontraron refugio en el vivero de elefantes de Zimbabwe, el único santuario del país para crías de elefantes.
Con el apoyo del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), el vivero cerca de Harare se convirtió en un refugio para los terneros jóvenes.
A pesar de las condiciones inicialmente difíciles, ambos elefantes han logrado avances notables en su viaje hacia la recuperación.
Kadiki, llamada ‘la pequeña’ en el idioma local shona, fue sometida a una cirugía para amputarle parte de la cola y recibió tratamiento para su trompa.
A pesar de tener solo diez días, ha demostrado resistencia y se mueve a pesar de estar bajo goteo.
Una vez irreconocible desde su llegada inicial, Bumi ahora cuenta con una personalidad juguetona y traviesa, y disfruta de actividades como jugar con neumáticos.
Se desconoce el destino de sus madres, una situación común para las crías de elefante expuestas a diversos peligros como sequía, caza furtiva, caídas accidentales, separación de manadas o ataques de depredadores.
La colaboración entre Wild Is Life-ZEN e IFAW, la primera de este tipo en Zimbabwe, abre nuevas posibilidades para estos elefantes rescatados.
Ahora tienen la oportunidad de vagar con seguridad con otros rebaños en una vasta reserva forestal, protegida de la caza furtiva.
Mientras la manada original del santuario continúa aprendiendo habilidades esenciales para sobrevivir en la naturaleza, nueve elefantes ya han comenzado el proceso de reconstrucción.
Transportados a Panda-Masuie, una reserva forestal de 86.000 acres cerca de las Cataratas Victoria, estos elefantes marcan un paso significativo para asegurar el futuro de este antiguo coto de caza.
Roxy Danckwerts, con su experiencia en el rescate de más de 20 elefantes en los últimos cinco años, enfatiza la importancia de la colaboración para la conservación a largo plazo.
Espera que Moyo, el primer elefante huérfano que rescató, asuma el papel maternal de Kadiki y Bumi.
El objetivo es que estos jóvenes elefantes pasen hasta dos años en la guardería antes de trasladarse a Panda-Masuie, preparándose para integrarse en manadas salvajes.
Jimmiel Mandima de IFAW destaca las increíbles relaciones entre animales y humanos, mostrando el progreso logrado por elefantes traumatizados y dañados.
La reserva Panda-Masuie, con su corredor seguro, no sólo ayuda a los elefantes rescatados sino que también interrumpe las rutas tradicionales de caza furtiva, brindando protección a estos animales y a otros a lo largo del camino.